30 de agosto de 2010

En un día como hoy, pero de 1916, Pierre Cardin despierta en la tabla de examinación de una sala de un metálico impoluto, grita, pero los tubos que salen de su boca se lo impiden. Siente un dolor en el pecho y cae muerto

29 de agosto de 2010

En un día como éste, pero de 1916, el General Lafonte nota que le faltan 10 soldados en su trinchera. Inmediatamente llama a su Coronel, Messier Pierre Cardin, a quien le ordena rastrear a los extraviados. Pierre, entonces, encuentra huellas por demás extrañas en el barro de los pasillos, como de tres dedos. Se asusta, se hiela, pero anhela entender las razones de lo acontecido. Algo le golpea la nuca y cae desmayado

28 de agosto de 2010

– En un día como hoy, pero de 1916, los generales de Francia deciden quedarse un poco más en sus trincheras, sienten como una presencia entre ellos, que les hace pensar que algo malo está dando vueltas en el campo que es custodiado por los remolinos de alambre de púa que se alimenta de la carne de los osados que intentan trasponerlo